miércoles, 13 de abril de 2011

Aventuras por "Descenso de Alanegra" - 3

Me encontraba en el banco de Ventormenta haciendo recuento de las flores adquiridas en mis últimos viajes y recogiendo las necesarias para poner en práctica un nuevo preparado cuando sentí un cosquillo en la nuca. De pronto la voz de mi viejo amigo Molestes (si participas en la liberación de Gnomeregan es difícil no hacer un amigo gnomo) sonó en mi cabeza:

 

- ¡¡¡Eh tú, maldita lata de conservas!!!. Deja ahora mismo lo que estés haciendo que tienes trabajo.

 

- ¿No será otra vez distraer a un ogro mientras tú le robas su vara y luego la rompes delante de mis narices?.

 

- No, no, hazme caso. Te invoco... y no me recuerdes lo del ogro, apenas me dieron doscientos oros por el cristal.

 

- Doscientos? A mi solo me diste cincuen...

 

La torre de Molestes no había cambiado nada en absoluto. Libros, pergaminos, joyas, cristales, abisales, diablillos, súcubos y un olor delicioso saliendo de la olla. Molestes estaba enfrascado en la lectura de un pergamino mientras removía su magnifico estofado de crocolisco. Como todos los gnomos no era demasiado alto pero no hacía falta serlo cuando tenías un poder mágico capaz de convertir en cenizas a casi todo lo que se mueve sobre dos piernas... o patas. Su barba negra contrastaba con la falta de pelo en su cabeza, aunque, si eres listo nunca se lo mencionarías, aún tengo la marca de sus dientes como recuerdo.

 

- Nos vamos.

 

- A dónde?.- pregunté.

 

- Te voy a hacer dos preguntas. Conoces Blacrock Mountain? Has visto alguna vez un dragón de dos cabezas feo?.- dijo de pronto.

 

- Si, he estado allí varias veces y si, he visto dragones muy feos.- respondí.

 

- No, no lo conoces y no lo suficientemente feo... Contestó. Nos vamos... ah, y viene Green.


 



Nunca es verano es Forjaz. La nieve caía golpeando nuestra cara, bueno, al menos la mía ya que cada copo que se acercaba a la pesadilla que montaba Molestes se deshacía al entrar en el área que proyectaba su aura. Mi querida yegua cebada cumpliendo su cometido seguía las huellas en la nieve derretida.

 

- ¿Cuánto falta para Kharanos?.- Grité.

 

- ¡¡Ya hemos llegado!! esta detrás de ese recodo.- exclamó Molestes.

 

- Ya era hora, creo que no siento mi cu...

 

De pronto y sin previo aviso una delgada figura se interpuso en nuestro camino. Mientras el cuerpo azotaba su capa, el brillo de unas dagas refulgió al incidir sobre ellas los pocos rayos de sol que se colaban tras las nubes. Lleve mi mano a la empuñadura de mi hacha mientras escuchaba como Molestes comenzaba a salmodiar una de sus maldiciones.

 

- Si no sientes tu culo, entonces no te importará que te pegue una buena patada en él, ¿verdad?.

 

-¡¡¡Greensonya!!!. Maldita sea tu estampa, que forma es esta de presentarte ante tus amigos?.- dijo Molestes.

 

- Una muy divertida.

 

Al calor de la hoguera de la taberna de Kharanos nos reencontramos con otros viejos amigos. Mi querida draenei Abbad, los sanadores Hiyo, Skitty y Oprah (una enana de piel oscura y con más carácter que un dragón con gastroenteritis) así como Helune, Gloton, White y Psycho, gente curtida con la que habíamos compartido sangre y como ahora, buena cerveza.

 

Es la hora.- Psycho exclamó¡¡

 

Una nube de humo nos envolvió a todos. Al abrir los ojos nos encontramos en las puertas del Descenso de Alanegra. Comenzamos a descender los escalones camino de las profundidades.

 

-  Me tendrías que haber dicho que era ESTE dragón feo.- Le increpé a Molestes.

 

- Ya, pero si te lo digo no habría visto la cara que has puesto.

 

- Ja, ja, ja, ja, ja.- escuche reír a Green.

 

Chimaeron... allá vamos.


 



Una vez la plataforma mágica descendió, encontramos al resto del grupo encabezado por mi maestra. Aún recuerdo cuando apenas era capaz de ponerme la armadura solo. Abbad y Darki me acogieron y me enseñaron el oficio, espero poder hacer las cosas bien para honrar su nombre.

 

- !Aion¡ Que gusto verrrrte por aquí. Nosotrrros vamos camino de Malorrrrriak, os esperrrramos antes de entrrrarrrrrr.- Me dijo con ese acento tan característico de los draenei.

 

Nos dividimos. Abbad, Molestes, Psy, Hiyo, Helune, Skitty, White, Gloton, Oprah y yo nos ecaminamos a la guarida de Chimareon, mientras el resto limpiaba el camino hacia Maloriak.

Escuchamos los gritos desde abajo. Un gnomo atrapado en una jaula situada detrás de nuestro dragón bicéfalo nos suplicaba ayuda mientras nos señalaba un robot con una de sus manos enguantadas.

 

Me situé al lado de la cabeza derecha de Chimareon mientras Abbad ponía en funcionamiento el mecanismo del robot y nuestros compañeros se situaban estableciendo una distancia entre ellos para hacer más efectivos los hechizos y las curaciones, así como aquellos que luchaban cuerpo a cuerpo se situaban cerca del dragón.

De pronto el robot activado comenzó a liberar un humo que nos impregnó con una sustancia mientras el gnomo enjaulado gritaba que nos mantendría con vida a pesar de que sintiéramos que estábamos a punto de morir. Nuestros sanadores se miraron entre ellos y procedieron a mantenernos en ese estado tan cercano a la muerte pero que nos permitiría sobrevivir. De pronto las dos cabezas de Chimareon se lanzaron sobre mi esquivando una mientras la otra golpeaba mi escudo, al retirarse Abbad comenzó a golpearle mientras me recuperaba y la magia descendía en oleadas sobre nuestro enemigo.

Un sonido estridente procedía del robot. Fallo en el sistema gritaba. Nos aproximamos corriendo todos a nuestros sanadores mientras aprovechaban para sanar nuestras heridas mientras se mantuviera esta situación. Al volver a restablecerse el funcionamiento de nuestro amigo mecánico ocupamos de nuevo nuestras posiciones. Nuevos ataques de dos cabezas descendieron sobre mí pero por suerte Abbad y los demás desempeñaban su labor con soltura.

 

Sin apenas ser conscientes de ello, con un rugido de furia, Chimareon se lanzó sobre nosotros. El terror nos hizo mella al escuchar como nuestros sanadores gritaban que no podían curar, que sus hechizos no surtían efecto alguno. Sabíamos que era ahora o nunca. O caía él o nosotros. El sudor se metió en mis ojos, el dolor de mis brazos era insoportable y sabía que todos estábamos igual, llegando a nuestro límite. Todo quedó en silencio, con un último estertor Chimareon se desplomó en el suelo. Cubiertos de sangre nos miramos...

 

La victoria era nuestra.

 

 

Y con esto termina el relato de Aiondawn, nuestro tanque que amablemente nos ha escrito la historia, haciendo el primer aporte al blog,  y espero que no el último...

 

Boss de atención para los healers que tienen que mantener a la party entre 10-25k mientras el robot nos proporcione el buff  y curaciones a tope cuando este deje de hacer efecto, tranquilidad, himno de gloria y similares tendrán su momento aquí ya que toda la party esta junta para repartir el daño y conviene curar todo lo posible.

Los tanques deberán ir cambiándose al boss para repartirse las marcas que pone reduciendo las sanaciones efectivas y los dps lo tienen muy fácil, pega a la piñata hasta que te toque juntarte o separarte, sigue pegando y luego vuelve a pegarle.

 

Al llegar la vida al 20% la cosa se torna muy sencilla, pegar todos, incluidos healers a la hidra hasta que sus cabezas besen el suelo, ya que las curaciones se verán reducidas en un 99% convirtiéndolas en  inútiles.

viernes, 1 de abril de 2011

De mayor quiero ser Pr00

Si, lo he estado pensando y creo que es lo mejor que puedo aspirar, imagínate, un gnomo brujo pr00, bufff... lo que nos reiríamos todos, cuando a cada cosa que haga y provoque un wipe de la party curiosamente no sea culpa mía, o al menos no directamente, puesto que estaba avisando al otro manco que se moviese, sin dejar de colocar al tanque y ademas me estaba bebiendo una cervecita. Y es que oye, el hablar tanto como que te seca la garganta, y que mejor que tomarte un trago de rubia espumosa en medio del combate contra el boss de turno cuando está invocando su habilidad que o esquivas o, bueno... ya sabéis. Pero como soy Pr00 pues nada la culpa es del boss que no me respeta mi tiempo cervecil, o mejor aún, culpa del sacerdote de turno que no me ha quitado del área con su abrazo de fé por estar curando a algún otro dps manco o peor al tanque! quien es el tanque sobre mi?

Bueno, bien pensado y leyendo los motivos, creo que no es el mejor objetivo convertirme en eso, mejor me quedo como estoy, de novaton total e intentando  hacer las cosas lo mejor posible y sobre todo disfrutando, que creo que muchas veces nos olvidamos que no es mas que eso, un juego.