lunes, 21 de marzo de 2011

Aventuras por "Descenso de Alanegra"

Molestes vamos a Rocanegra.
Con estas palabras y sacándome de mi libro de cuentas, que sin muchas anotaciones positivas refleja mi economía, me encamino hacia mi destino sin saber muy bien que es lo que me voy a encontrar. Tiro el libro entre el montón desordenado de pergaminos y me encamino hacía la percha. Ensillo mi grifo y después de un apacible vuelo disfrutando de la desolación de Alamuerte me encuentro a mis compañeros discutiendo de quien debe aventurarse en las profundidades de la montaña.
Parece que quieren que me aventure con ellos.
Ummm esto parece trabajo enano, que bonito, pero lo tienen un poco descuidado, dos pasos y me he tropezado en cinco agujeros distintos. ¿Y ese olor?, parece azufre, lo que se agradece es la temperatura, después del vuelo por las montañas.
¿Subir por las escaleras?, si claro que puedo hacerlo. ¿Pero ha comprobado algún ingeniero la estabilidad de las columnas?, no quiero que me caiga el techo en la cabeza. ¿No escucháis nada? Ummm, parece que algo se mueve en el charco de lava tras esos tres guardias terroríficos. ¿¡Guardias terroríficos!?  Quzok ven, necesito tus descargas de fuego, no te quejes tanto y mira lo que hay delante.

¿Como que vas a llamar a “eso” para que venga aquí? ¿Le has visto la cara? No creo que le haga mucha gracia, pero si no llama a sus amiguitos…
Bien, ha caído. Ahora a por los otros. Estos son deportistas, van corriendo de un guerrero a otro… bueno mis hechizos siguen siendo igual de eficaces a un lado que a otro de la sala. Lo que me escama es el movimiento que hay en el charco de lava. Me siento observado, ¿por que será?

Según cae el guardián un chirrido me obliga a girarme, veo salir una especie de terrible gusano del charco. La estancia tiembla con su movimiento, seguro que esto no es nada bueno para la estabilidad de la zona. Nuestros guerreros se lanzan valientemente a por el, en lo que el resto del grupo a una prudencial distancia empezamos a golpearle. Mientras nos lanza fuego, avisamos a los guerreros del pincho y las cadenas que están cerca de donde están librando su combate, no sabemos si se habrán enterado, el ruido producido por la batalla es grande, las salmodias de los hechizos flotan por la sala. Los sanadores se afanan por mantenernos a todos con vida, por ahora el combate está igualado.
Atención, que esta haciendo el gusano? ¿Por que fija su atención en nosotros? El suelo parece que tiembla, ya decía yo que la estructura no aguantaría. No, todos rápido, hay que moverse, justo a tiempo, un geiser de magma ha salido justo en la posición que ocupábamos hace un momento.

Según se disipa el aspersor de magma parece que algo está saliendo del parche que ha dejado el Geiser. Si, no me engañan mis ojos, una especie de sanguijuelas se acercan hacia nosotros. Mientras el mago los intenta ralentizar con su parche de hielo yo hago lo propio invocando una tormenta de fuego, el cazador dispara a todas haciendo gala de una puntería excepcional. Oímos una advertencia, parece que el gusano nos quiere aplastar con su enorme corpachon. Creo que nadie se ha quedado, pero el polvo levantado me impide ver mucho.

Un grito atraviesa la sala, según se despeja, vemos que uno de los guerreros está peleando contra las mandíbulas de la bestia, los sanadores le hacen llegar sus rezos, los guerreros intentan bajar a la bestia con las cadenas, parece que lo consiguen, es un momento tenso.
La bestia está enganchada, tirad, con fuerza, todos tirad! Todavía oímos al guerrero, eso es buena señal.
 

Bien! ha caído, y hemos tenido la suerte de que se ha quedado enganchado en el pincho. Eso debe doler mucho, no me gustaría que me atravesasen el cuello con una piedra puntiaguda. Lleno de babas y con la tez blanca el guerrero se reincorpora a la batalla tambaleante, con dos bemoles.
Ahora la parte blanda de la cabeza está al descubierto, pero el cuerpo se agita mucho, ha sufrido mucho daño, pero aún se mueve.
 

Se levanta!!! Como es posible? De la herida chorrea un líquido viscoso, parece agonizante, pero vuelve a fijar su atención en nosotros, el suelo vuelve a temblar. Las armas chocan contra la coraza del cuerpo, los magos salimos corriendo, me da tiempo a invocar sobre él un terror de agonía. Me quema la espalda, veo alejarse el suelo, ¿que pasa?, mi grito se ve ensordecido por el estruendo del monstruo al caer  sobre el suelo.La caída me deja con una pierna rota y sin poder moverme, vivo, rotos todos los huesos, pero vivo a fin de cuentas. Mis compañeros me explican que el geiser de magma me alcanzó justo en el momento en el que el caía la bestia. Oímos una voz cavernosa que nos invita a seguir adentrándonos en la montaña, pero primero hay que recuperarse de las heridas…


Quitando la parte “literaria” nos quedamos con el funcionamiento desde el punto de vista del dps rango.

 Una vez los tanques y melé se meten con el boss, Faucemagma empieza a lanzar fuego (dps de área) sobre los ranged y los healers, que deben estar juntos en un grupo a un lado del boss. Cada cierto tiempo invocará la habilidad de columna de fuego, cuando esto suceda la party se moverá al otro costado del boss, o los puntos acordados previamente. Muy importante el no moverse  y estar juntos hasta que salga la marca del área ya que el más separado del grupo es el que marcará su aparición.
La columna de fuego deja paso a la aparición de unas babosas, no tienen agro y como se dice arriba recomendable ralentizarlas y tirar todas las áreas posibles, ya que si llegan a tocar a alguien se puede despedir de su vida. Los healers pueden poner un área de curación en el punto de destino para atenuar el daño.
El no moverse antes de la marca queda explicado por el recorrido de las babosas, mas recorrido más facilidad de liquidarlas antes de que lleguen hasta nosotros.
La fase de escupir fuego y la columna de llamas se repite, hasta que Faucemagma intenta comerse al tanque, en ese momento offtank y melé deben enganchar las cadenas, mientras un heal mantiene con vida al tanque “ingerido”. En este momento también marca un área que los dps y healers deben apartarse ya que cuando cae, faucemagma deja aturdido a quien enganche, aparte del daño, que también es considerable.
Los ranged tener cuidado de que no nos alcance la columna de fuego y en caso de que salgan babosas, matarlas antes de que quede empalado.
Aquí enfocaremos a la “Cabeza de Faucemagma” y le daremos con todo ya que al ser la parte blanda recibe un porcentaje mayor de daño. Una vez que se levante volveremos a la rutina de áreas + babosas.

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